El número de cuenta es 2100 4185 822100149467
Foto: Flor y uno de sus hijos
RAQUEL SÁNCHEZ | Diario de IBIZA
La vida es dura y todo el mundo comete errores, pero en algunos casos la mala suerte va más allá de lo imaginable. Las vicisitudes que le ha tocado vivir a Flor, una peruana de 58 años que actualmente permanece ingresada en el hospital Cas Serres a causa de una grave enfermedad, encogen el corazón de todo el que las conoce. Especialmente afectados están los miembros de la Casa del Perú en Ibiza, que le han prestado apoyo moral y que intentan ahora poner en marcha distintas iniciativas para recaudar fondos y poder pagarle un billete de vuelta a su país, donde viven sus cuatro hijos.
Flor, su marido y sus niños vivían
en Lima, donde regentaban un pequeño negocio que quebró. Se trasladaron
entonces a Pueblo Nuevo, en la provincia de Chincha, una zona
económicamente muy deprimida donde escolarizaron a todos sus hijos
excepto al tercero, que padece el síndrome de Down. En aquella región no
había instituciones preparadas para atenderle. Hace nueve años Flor
decidió viajar a España en busca de un trabajo con el que poder mantener
a su familia mediante envíos periódicos de dinero. En Perú se quedó su
esposo, que era profesor y tuvo que dejar de trabajar tras la marcha de
Flor para dedicarse a cuidar de los hijos, entonces aún niños. Ella
trabajó en el sector servicios, como limpiadora en el Tribunal Supremo
en Madrid€ Cotizó seis años a la Seguridad Social, cinco de ellos en
situación de pluriempleo y sin disfrutar de vacaciones para que le
fueran retribuidas.
El dinero que enviaba permitió construir en
Chincha una vivienda «de material noble» que resistió el terremoto de
Pisco, que asoló aquella provincia en 2007. Sin embargo es una vivienda
precaria, equipada con mobiliario básico y, en un determinado momento de
necesidad, la familia se vio obligada a deshacerse de los
electrodomésticos por no poder pagar la factura de la luz.
Encarcelada en Ibiza
En
enero de 2010, para poder seguir sustentando a su familia, Flor
delinquió. Se prestó al juego de una red de narcotraficantes que la
utilizaron como ´correo´ para enviar cocaína de Perú a Madrid. Le
prometieron 12.000 euros que nunca llegó a percibir. Fue sorprendida en
Barajas y encarcelada a la espera de juicio en la cárcel de Ibiza, ya
que fueron los agentes del Greco de la isla quienes iniciaron la
investigación de aquella operación en la que hubo una docena de
detenidos. No conocía a nadie en la isla, que jamás había visitado. Los
integrantes de la Casa del Perú la han visitado desde entonces. Eran los
únicos que lo hacían, además de su abogado.
Durante su estancia
en prisión fallecieron sus padres. Al dejar ella de enviar dinero a Perú
su marido tuvo que buscar un empleo, tarea complicada a su edad. Acabó
trabajando en una granja avícola «en condiciones infrahumanas y por un
sueldo muy bajo», según se explica en las cartas y documentos que obran
en poder de la enferma. Poco después empezó a sufrir problemas de salud y
finalmente falleció el pasado mes de febrero a consecuencia de un
cáncer de pulmón. Flor, que seguía en prisión, comenzó a sentir síntomas
de parálisis en una de sus piernas ese mismo mes. En junio quedó en
coma y fue trasladada a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, donde
permaneció más de dos meses. Tras despertar, a finales de agosto, se la
ingresó en el Hospital Residencia Asistida de Cas Serres.
Está
diagnosticada de una grave enfermedad que ha afectado a sus capacidades
físicas y de habla, de manera que requiere silla de ruedas para
desplazarse y depende de otros para cubrir todas sus necesidades
básicas. Ha sido intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones y sufre
una afasia que le impide hablar. No obstante, ha sido capaz de
manifestar en diferentes ocasiones su deseo de volver a Perú y reunirse
con sus hijos, pero carece de medios económicos para costearse el viaje.
El
equipo médico y la trabajadora social de Cas Serres han confirmado que,
legalmente, Flor puede volar a su país y que si el médico de la
compañía aérea lo permite, en el Consulado de Perú podrían emitir un
documento de carácter humanitario que le permita salir de España y
regresar con su familia.
Cuatro hijos la esperan
Los
compatriotas peruanos de Flor han decidido iniciar una campaña de
recogida de fondos, «puerta a puerta», con el objetivo de reunir unos
5.000 euros para pagar el viaje de esta mujer. «Su billete y el de la
enfermera que la debe acompañar cuestan unos 3.000 euros y queremos que
se lleve algo más para que allí puedan pagarle el tratamiento médico que
necesite a su llegada», explica Antonio Dejulián, presidente de la Casa
de Perú en Ibiza. En su país esperan sus cuatro hijos. Las dos hijas
mayores, que ahora tienen 21 y 19 años, han tenido que dejar los
estudios y ponerse a trabajar para mantener a los dos varones, el
discapacitado, de 18 años, y el menor de todos, de 16.
Los
peruanos de la isla y el personal sanitario que ha tratado con Flor
pretenden también organizar acontecimientos deportivos en colaboración
con distintos clubes para conseguir dinero. Asimismo pedirán ayuda a las
instituciones públicas y se ha abierto una cuenta bancaria en La Caixa,
a nombre de la Casa de Perú, para que quienes deseen ayudar a Flor
puedan realizar aportaciones económicas. El número de cuenta es 2100 4185 822100149467 (rectificamos la cuenta que ayer salía con un número erróneo)
Las claves
INICIATIVAS
La Casa de Perú ha abierto una cuenta a beneficio de Flor
Los
compatriotas de Flor han abierto en La Caixa la cuenta número 2100 4585
822100149467 para que quienes deseen ayudarla puedan hacer aportaciones
económicas. Están promoviendo también actividades deportivas para
recaudar fondos.
SIN ANTECEDENTES
«Los narcos la utilizaron»
Quienes
la conocen aseguran que Flor fue «utilizada» por una red de
narcotraficantes: «Era una mujer sin antecedentes, en estado de
precariedad económica, que no obtuvo ningún beneficio en la operación y
que durante su estancia en prisión tuvo un excelente comportamiento».